Hoy, 22 de mayo, ¡es Día de Santa Joaquina!
Felicidades a todas las personas que formáis parte de la familia Vedruna.
Compartimos aquí un extracto del texto escrito por Dario Nasilli del colegio "Niño Jesús" de Vitoria-Gasteiz, para el número 33 de la revista "Diálogo y Encuentro".
¿Qué quiere decir para mí hoy “abrazar” como Joaquina? Intento resumirlo en tres pinceladas.
1. Abrazar las necesidades de los demás: En mi ámbito profesional, como director de una escuela Vedruna, siento que mi tarea es una llamada a responder a las necesidades con una mirada evangélica. Como Jesús, que miraba con compasión a la muchedumbre; que miraba con simpatía al joven rico; que miraba con misericordia a los pecadores. Hay muchas personas que llaman a mi puerta a lo largo del día para que les atienda en sus necesidades más diversas. A menudo, ante las situaciones complicadas que se me presentan, me doy cuenta que no tengo la solución a todo y que solo puedo escuchar, empatizar y acompañar. En una palabra, abrazar. Desde el silencio y la compasión.
2. Abrazar desde la sencillez y la humildad: Es la profunda convicción de no tener la verdad, de ser buscador de sentido, junto con muchos hermanos y hermanas. Es disfrutar del encuentro con los más pequeños, hecho de gestos sencillos, pero cargados de luz y amor. Una de las mejores alegrías que experimento en el colegio es cuando, pasando por las clases, los niños corren a abrazarme. O cuando en familia doy y recibo el abrazo de las personas a las que más quiero y que me quieren. Estos momentos refuerzan en mí la certeza de que merece la pena desvivirse para los demás y aportar mi granito de arena para que el mundo sea un poco mejor.
3. Abrazar con el corazón: “Todo por amor, nada por fuerza”, repite Joaquina. Es el lema que tenemos en la entrada y que acoge a toda persona que accede a nuestro colegio. Y ese es el corazón mismo del Evangelio, el mandamiento más importante, que lo resume todo. Es ser consciente de que el motor de la vida, para que esta tenga sentido y sea fecunda, es el amor que “nunca dice basta”. Nunca jamás. Ni ante el cansancio, la desilusión, el pesimismo o la tristeza que se pueden presentar a menudo en la rutina diaria. Solo con este amor en el corazón mi vida cotidiana se hace abrazo que perdura."