El 20 de febrero se celebra el Día Mundial de la Justicia Social, con la finalidad de concienciar a la población y de impulsar acciones orientadas a que exista mayor justicia social.
El concepto de Justicia Social se basa en la defensa de la igualdad de oportunidades, lucha contra la discriminación y defensa de los derechos de todas las personas. Trasciende el concepto tradicional de justicia legal.
Todas las personas debemos tener acceso al disfrute de los derechos humanos fundamentales: el derecho a la identidad, a la supervivencia, a la expresión con libertad, a la educación, entre otros derechos, así como a ser tratados con respeto y dignidad.
La Justicia Social promueve los derechos y las obligaciones de las personas que forman parte del colectivo social de manera igualitaria, justa y equilibrada.
No podemos olvidar nuestro compromiso de este año. ¡Nos ayudamos! ¡No pasemos de largo ante las injusticias! ¡Cada gesto cuenta! Como los gestos y palbras de Jesús de Nazaret que sumaron en favor de la justicia y del cuidado y amor hacia los más pequeños.
No dejemos de leer este cuento: El Viaje de los Colores Justos
En un mundo lleno de colores brillantes y vibrantes, existía un lugar especial llamado Valle de los Colores. En este valle, cada color tenía su propio hogar, y juntos formaban una comunidad diversa y colorida.
Un día, los colores del Valle se dieron cuenta de que algunos de ellos no recibían el mismo trato que otros. Los colores más brillantes y llamativos siempre recibían la mejor comida y los lugares más cómodos para vivir, mientras que los colores más apagados y suaves eran ignorados y dejados de lado.
La pequeña gota de pintura azul, llamada Azuli, se sintió triste al ver esta injusticia. Decidió hablar con los otros colores y les explicó lo que significaba la justicia social: tratar a todos por igual y asegurarse de que cada uno tenga lo que necesita para vivir una vida feliz y saludable.
Los colores del Valle se unieron y decidieron emprender un viaje para encontrar la verdadera justicia social. Cruzaron montañas, ríos y valles, enfrentando desafíos y obstáculos en su camino.
En su viaje, conocieron a una familia de colores en un pueblo remoto. Estos colores vivían en armonía, compartiendo todo lo que tenían y ayudándose mutuamente en tiempos de necesidad. A pesar de no tener los colores más brillantes, eran los más felices y satisfechos.
Azuli y sus amigos se dieron cuenta de que la justicia social no se trataba solo de dar a todos lo mismo, sino de asegurarse de que todos tengan lo que necesitan para vivir una vida plena y feliz.
Finalmente, después de muchas aventuras, los colores regresaron al Valle con un nuevo entendimiento de la justicia social. Compartieron su aprendizaje con todos los colores, y juntos trabajaron para crear un Valle donde todos fueran tratados con igualdad y respeto.
Los colores aprendieron que la justicia social significaba ser solidarios, compasivos y estar dispuestos a ayudar a los demás. A partir de ese día, el Valle de los Colores se convirtió en un lugar donde la justicia y la equidad brillaban más que nunca, recordándoles a todos que juntos podían crear un mundo mejor para todos.
Urko D., Adrian M. y Mateo R., 1ºBach A
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